¿Basura orgánica? ¡No la botes a la caneca! La tierra te lo agradecerá

¿Alguna vez se han puesto a pensar en toda esa cáscara de plátano, el ripio del café o las sobras de la ensalada que tiran a la basura todos los días? Imagínense que esos «desperdicios» son más valiosos de lo que creen. En este parche de biodegradables.com.co les vamos a contar por qué eso no debería ir a la caneca y cómo, con un poquito de ganas, podemos hacer magia con la basura orgánica.

El chisme de la basura: ¿Qué pasa cuando botamos lo orgánico?

Cuando mezclamos las sobras de comida con plásticos, papeles y pilas en la misma bolsa, la cosa se pone fea. Esa basura termina en los rellenos sanitarios, que en Colombia son un problema bien serio. Allá, sin oxígeno, la materia orgánica empieza a descomponerse y a soltar un gas que se llama metano (sí, el mismo que calienta el planeta). Y no solo eso, también genera unos líquidos (lixiviados) que contaminan el suelo y el agua. ¡Un desastre ambiental!

Según el Ministerio de Ambiente y Desarrollo Sostenible, en Colombia se generan anualmente cerca de 12 millones de toneladas de residuos sólidos, y ¡ojo! Más de la mitad de eso es orgánico (Ministerio de Ambiente y Desarrollo Sostenible, 2023). ¡Imagínense el potencial de lo que estamos desperdiciando!

¡A compostar se dijo! La solución está en tus manos (y en tu jardín)

Entonces, ¿cuál es la jugada? ¡Compostar! Que no te suene a algo de científicos locos. Compostar es, simplemente, imitar lo que la naturaleza hace: transformar esos «desperdicios» orgánicos en un abono súper poderoso para las plantas. Es como darle un multivitaminas a la tierra.

¿Qué necesitas para empezar?

  1. Un recipiente: Puede ser una pila en el jardín, un cajón de madera, o incluso una caneca con huecos para que respire.
  2. Materia orgánica «verde»: Las cáscaras de frutas y verduras, el ripio del café, las bolsitas de té, restos de plantas. Son como el «agua» de tu compost.
  3. Materia orgánica «seca»: Hojas secas, ramitas pequeñas, cartón sin tinta, aserrín. Son como el «pan» que equilibra la mezcla.
  4. Agua: Para mantener la humedad, como una esponja escurrida.
  5. Aire: Mueve tu compost de vez en cuando para que no se ponga hediondo y la descomposición sea más rápida.

¿Qué NO va en el compost?

¡Pilas con esto! Para que tu compost no se dañe o atraiga bichos indeseados, evita:

  • Carnes, huesos o lácteos.
  • Grasas o aceites.
  • Heces de mascotas (a menos que uses sistemas especiales).
  • Plantas enfermas o con pesticidas.

Los beneficios:

  • Menos basura en el relleno: Al compostar, reducimos drásticamente la cantidad de basura que va a parar a esos sitios. ¡Un respiro para nuestro país!
  • Abono gratis y potente: Tu jardín, tus matas de balcón o tu huerta urbana se van a poner radiantes sin necesidad de químicos.
  • Menos gases que calientan la Tierra: Adiós al metano de los rellenos. ¡Un punto a favor para frenar el cambio climático!
  • Cuidamos el suelo y el agua: Evitamos la formación de esos lixiviados contaminantes.

¿Y si no tengo jardín o espacio?

¡No hay excusa! Si vives en apartamento, existen las composteras de balcón o incluso la vermicultura (compostar con lombrices, ¡son unas trabajadoras incansables!). También puedes buscar iniciativas en tu barrio o ciudad que recojan residuos orgánicos para compostar a gran escala. ¡La clave es empezar!

En biodegradables.com.co creemos que el cambio empieza en casa, con pequeñas acciones que tienen un impacto gigante. Así como elegimos productos que se degradan, podemos hacer que nuestros «desperdicios» vuelvan a la tierra de la mejor manera.

¿Te animas a empezar tu compostera? ¡Cuéntanos tu experiencia!


Referencias:

Videos educativos sobre compostaje doméstico.

Ministerio de Ambiente y Desarrollo Sostenible. (2023). Gestión de Residuos Sólidos. Recuperado de https://www.minambiente.gov.co/asuntos-ambientales-sectorial-y-urbana/gestion-integral-de-residuos-solidos/

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